lunes, 5 de septiembre de 2016

Capicua.

La madrugada entiende de soledades, de silencios, de frío, pero también de números, existe uno en particular, 3:33.

Como poema sin rima se desprende del reloj, 60 segundos eternos, pareciera que palpitara, que gritara, que se riera, corre en tu habitación, te despierta, juega con vos y se despide no sin antes dejarte una sensación de pertenencia, como diciéndote que seguís vivo a pesar de..., que seguís respirando aún cuando..., como ponerte un caracol en el oído y escuchar el mar.

Te pones los audífonos, buscas tu canción favorita numero 27 y aprovechas esa agradable sensación de serenidad.

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