lunes, 12 de septiembre de 2016

La pequeña voluntad.

Sin sorpresas supimos como llegar a faltar.
Toda la vida buscando la solución a la tristeza.
El brillo inexistente.
El miedo a lo eterno.
La falta de concentración.
El siguiente movimiento mental.
La ceguera emocional.
La falta de total entendimiento nos hizo despertar.
Cuerpos celestes piernas de colores.
¿Que de todo estuvo mal?
Nos dejamos influenciar por la falta de oportunidad.
La poca o nula capacidad de afrontar.
Velocidad en espiral.
Perder el miedo sin saber donde.
Seguimos siendo extraños en el eterno atardecer de la nostalgia, un par de gotas de sal evaporándose en el viento, hilos de colores, botellas de cristal, arena sin mar.
Y seguimos caminando en direcciones opuestas acercándonos cada vez mas al reflejo de nuestros anhelos silenciosos, guardando la emoción, queriendo reír en silencio, bailando en nuestro interior, con los ojos cerrados, palpando los misterios de la lluvia, todo eso que sentimos, todo eso que vivimos, todo eso que ahora ocupa un lugar en el olvido, como si flotar en la superficie de un lago fluorescente no fuera suficiente, respiramos con la conciencia alterada, con arritmia, creemos encontrar la "X" donde está enterada la verdad de cristal, escribimos en piedra pómez todo lo que no nos dijimos, todo lo que nos hizo falta, la lanzamos al  mar, la tormenta la lleva lejos, donde la vista ya no alcanza, desaparece en medio de la nada, solo para empezar de nuevo en la otra orilla donde aún no llegamos, donde aún no conocemos, donde aún no sabemos quienes somos, donde estamos a salvo, donde seguimos siendo nada, donde creemos escapar.

En algún lugar escondido, la noche sigue nuestros pasos, esperemos que nuestra pequeña voluntad nos guíe para encontrar un buen final.


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